A un año de la histórica elección de Barack Obama, los hispanos de Estados Unidos, que jugaron un papel fundamental en su triunfo, ya organizaron protestas masivas en reclamo del cese de la persecución y las deportaciones de inmigrantes indocumentados. Exigen la aprobación de la reforma migratoria, una de las promesas de campaña del presidente demócrata, que regularizaría a los indocumentados.
Por Pedro Ylarri *
Vestido con ropas blancas, anteojos negros y un sombrero de estilo texano, Salvador Zamora camina por estas horas bajo la sombra de alguna de las interminables autopistas de Estados Unidos. No ha hecho fama todavía, pero espera hacerla mientras recorre las radios latinas de las decenas de ciudades que visitará en su trayecto desde Los Angeles, en el extremo oeste, hacia la capital del país, Washington D.C., en el este. Tiene paciencia: son 3.600 kilómetros los que debe caminar en 5 o 6 meses. Partió hace unas semanas.
“Quiere llegar hasta la Casa Blanca, tocarle la puerta a Obama y pedirle que apruebe la reforma Martes 13”, explica a PERFIL Estéfani Marcos, una salvadoreña de 26 años empleada de un local de comidas rápidas del centro de Washington.
Se refiere a la nueva ley de inmigración, presentada en el Capitolio por ONG latinas el martes 13 de octubre pasado y bautizada de esa manera por la cadena Univisión. El objetivo es regularizar a inmigrantes que viven en Estados Unidos sin permiso oficial. Una promesa que el entonces candidato demócrata hizo en vistas de conseguir el apoyo latino en las elecciones de 2008. “Hay que esperar hasta 2010”, dice segura Estéfani, quien afirma ser militante por los derechos de los inmigrantes.
Pero no todos tienen la paciencia del caminante Zamora o de la joven Estéfani: cerca de 5 millones de latinos permanecen indocumentados en este país, una peligrosa condición que los obliga al encierro y al trabajo precario. Las organizaciones que trabajan en el tema ya han dado por terminada la “luna de miel” de Barack Obama en el poder, y con más o menos fuerza y presencia en los medios aseguran a PERFIL que “ya no se puede esperar más”.
Los inmigrantes están perdiendo el buen humor con el que apoyaron hace un año la consagración del primer presidente negro en Estados Unidos, planean marchas y protestas para presionar al Congreso y buscan caminos en las comunas para evitar la “persecución”, según relataron a PERFIL varias ONG con sede en el capitalino distrito de Columbia.
“Obama aseguró que apoyará una reforma que permita a los indocumentados pagar una multa, aprender inglés y hacer la fila para transformarse en ciudadanos… pero el proyecto está estancado”, aseguró Angie Drobnic Holan, periodista del St. Petersburg Times, en Florida, a cargo del llamado Obameter, una popular sección del sitio PolitiFact.com, que mide la veracidad de las declaraciones de los políticos norteamericanos.
Según el portal, Obama está cumpliendo o trabajando en unas 200 propuestas, mientras que sólo rompió 7 promesas y están frenadas otras 14, entre ellas la reforma migratoria. Para algunos, es una nueva “discriminación”, para otros sólo una “consecuencia de la crisis”. Todos reclaman que la ley sea tratada cuanto antes.
“La reforma migratoria tiene que ocurrir antes de que regrese a pedir nuestro voto para una reelección, no puede regresar a nuestra comunidad con las manos vacías”, consideró Juan Salgado, titular de la influyente Coalición pro Derechos de Inmigrantes y Refugiados, aunque aclaró que todavía “no estoy decepcionado… estoy confiado en que la empujará el próximo año”.
Desde el reconocido Consejo Nacional de la Raza (NCLR, por sus siglas en inglés), la directora en temas de inmigración y campañas, Clarissa Martínez, alertó que la nueva ley, al igual que la reforma sanitaria, están siendo “bloqueadas por las mismas personas”, con el único interés de evitar el éxito de la presidencia de Obama “en cualquier tema”.
Martínez, al igual que las oficinas del Consejo en otras ciudades de Estados Unidos, motiva por estos días a los inmigrantes a llamar a los despachos de los legisladores “para mantener el tema vivo… la lección es que la comunidad y el activismo es lo que funciona”.
Sorpresivamente, a lo mismo exhortaba a sus fieles un pastor de una iglesia evangélica del exclusivo barrio de Georgetown, al noroeste de Washington, quien aseguraba, en inglés, que “sin ley los inmigrantes vendrán igual, lo que sigue separando y destruyendo familias”.
“Lo que más fastidia es que nos han sacado de la agenda”, dice la salvadoreña Marcos, mientras atiende a clientes del otro lado del mostrador. En efecto, canales de noticias con fuerte difusión como Fox y CNN dedican sus coberturas especiales a las guerras en Irak y Afganistán, al debate en el Congreso por la reforma del sistema de salud enviada por el presidente Obama, o la final del campeonato de béisbol entre los New York Yankees y Philadelphia Phillies.
En la estatal National Public Radio (NPR), por ejemplo, una de las pocas noticias acerca de latinos la envía un corresponsal desde la ciudad de Dallas, según la cual al menos 20 policías de esa ciudad labraron multas por 250 dólares cada una a unos 38 conductores por “no hablar inglés”, una infracción que sólo aplica a los camioneros del NAFTA por cuestiones de seguridad.
No sucede lo mismo en ciudades como Nueva York, en donde 25 por ciento de los policías del distrito son nacidos en América latina o son hijos de hispanos, de acuerdo a un relevamiento del comisionado de la Policía Raymond Kelly, publicado recientemente. El estado de la Gran Manzana es el que alberga a la mayor cantidad de inmigrantes latinoamericanos, con 8 millones, seguido por las ciudades de Los Angeles (4 millones), en California; Chicago (3 millones), en Illinois; Houston (2 millones), en Texas; y Phoenix (1,5 millones), en Arizona, indicaron a PERFIL desde La Raza. Es allí en donde los latinos preparan una contraofensiva que los devuelva a la escena pública.
Protestas. El recordado “martes 13” de octubre fue el puntapié de una serie de protestas frente al Capitolio y en el parque aledaño llamado The Mall, que comenzó a expandirse hacia otros centros urbanos con presencia latina: “Hagan honor a su palabra… porque la paciencia se nos está acabando”, dijo aquel día el congresista demócrata Luis Gutiérrez, que encabeza los reclamos de los inmigrantes.
Desde entonces, varias organizaciones se manifiestan semanalmente frente al Capitolio, como Emigrantes sin Fronteras, que denunciaron en diálogo con PERFIL la muerte de más de 1 persona por día intentando cruzar la frontera, trabajo esclavo y la existencia de 12 millones de indocumentados.
Otro grupo, de la Alianza de Texas por una Reforma Migratoria (RITA, por sus siglas en inglés), aseguró que en ese estado esperaban reunir unas 30 mil firmas para impulsar la reforma y que también impulsaban la reforma de Obama del “ineficaz” sistema de salud de este país. Con el fin de “mantenerse en carrera” y “olvidados por el debate” que divide hoy a Estados Unidos, varias organizaciones lanzaron Latinos United for Healthcare (LUH), para apoyar la reforma y dar la voz latina al momento político.
El gobierno de Obama, por su parte, asegura que está dispuesto a definir una reforma del sistema migratorio para regularizar a quienes ya se encuentran en el país recién en 2010, aunque evita dar mayores precisiones. Al menos, se ha dado cuenta del malestar de la comunidad latina, y conversó en la Casa Blanca con 10 periodistas de medios latinos del país.
Mientras tanto, personas como Salvador Zamora asumen desafíos personales para presionar por la reforma y sigue atravesando el país de costa a costa. En La Raza, aseguran que “todo es correcto, lo importante es que nadie se quede sentado”.
Según las encuestas, el 67% de los votantes latinos apoyaron a Obama, frente al 53% que cuatro años atrás recibiera su predecesor demócrata, John Kerry. Es un apoyo que el primer presidente afroamericano necesitará para sus proyectos más controvertidos, que encuentran gran resistencia entre los conservadores.
Los más pobres y expuestos
La cantidad de inmigrantes de América latina viviendo en Estados Unidos se ha mantenido constante desde 2006, aunque su situación de precariedad laboral, pobreza y falta de cobertura ha crecido en algunos estados por la secesión económica y el endurecimiento de políticas restrictivas, denunciaron organizaciones no oficiales en base a estadísticas oficiales.
Un informe del Buró del Censo dado a conocer el mes pasado advierte que 1 de cada 7 personas residentes en el país es pobre; es decir: 47 millones de habitantes, y que la indigencia afecta más a los hispanos que al resto de las comunidades. Según el estudio, un 29 por ciento de los hispanos es pobre en Estados Unidos, al igual que el 17 por ciento de los asiáticos y el 11 por ciento de los negros. Nueva York, Boston, Los Angeles y San Francisco son las ciudades con más pobres.
Los latinos son también los que más sufren la vejez: se encuentran en desventaja al momento de la jubilación porque tienen bajos niveles de escolaridad, bajo potencial de ingresos, tasas menores de ahorro y no tienen planes de retiro, explican desde el Instituto Hispano para un Retiro Seguro.
Bill Maxwell, columnista del matutino St. Petersburg Times, de Florida, y un importante referente de la cultura afroamericana, explico a PERFIL que “miles de mexicanos son explotados en los campos de cultivo de tomate, incluso por personas de su misma nacionalidad”, con la única intención de que los cultivos sean centavos mas baratos en las góndolas. “Lo sé porque yo mismo trabajaba en las cosechas, y el trabajo que antes hacíamos los negros, ahora lo hacen muchos latinos”, sentenció.
*Desde Washington.
Ficha del artículo:
Título original: En Estados Unidos, los hispanos ya perdieron la paciencia con Obama.
Fecha de publicación: 14 de noviembre de 2009
Medio: Diario Perfil, Buenos Aires, Argentina
Link: http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0417/articulo.php?art=18093&ed=0417
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